C. Estivill Doménech, N. Roure Miró, Eduard Estivill Sancho, F. Segarra Isern, J. Albares Tendero, M. Pascual Doménech
Introducción: el objetivo fue observar la sincronización del ciclo sueño-vigilia en un niño alimentado con lactancia materna a demanda exclusiva hasta los 6 meses de edad y sometido a rutinas conductuales estables que favorecieran la aparición de sueño espontáneo. Material y métodos: se ha registrado un diario de vigilia-sueño en un recién nacido desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad. Se registraron diariamente datos referidos al tiempo de vigilia, sueño, momento de la alimentación, deposiciones y hábitos higiénicos (baños y cambios de pañales). Se han seguido datos de su evolución cada 7 días, hasta los 18 meses de edad. Resultados: durante la semana 1 a 7 se observa una presentación anárquica. A las 11 semanas ya duerme 8 horas durante el periodo nocturno. El progreso del número de horas dormidas durante la noche, es muy rápido entre la semana 18 a 20, durmiendo un promedio de 10,52 horas. Desde la semana 21 a la 35 el promedio es de 11,26 horas. El ritmo circadiano de vigiliasueño se muestra por primera vez entre las 15 y 16 semanas (tres meses y medio) y persiste bien establecido hasta la actualidad (18 meses). Conclusiones: la lactancia materna a demanda no supuso dificultad para conseguir una correcta sincronización del ritmo vigilia-sueño a partir de los tres meses y medio. Las normas conductuales sugeridas a estos papás durante la lactancia materna consiguieron los objetivos previstos: alimentar exclusivamente al niño con leche materna y conseguir una sincronización estable del ritmo vigilia-sueño. Nuestro trabajo puede ayudar en dos objetivos. El primero, fomentar la lactancia materna, el segundo prevenir el trastorno del sueño mediante la utilización de las normas propuestas