Introducción: la dependencia, depender de otra persona para realizar las actividades de la vida diaria, es la principal preocupación, causa de sufrimiento y de baja calidad de vida en las personas mayores. Su prevalencia aumenta con la edad y se relaciona con la presencia de enfermedad previa y estado de fragilidad del individuo. Se correlaciona con un aumento de morbilidad, mortalidad e institucionalización así como del consumo de recursos tanto sanitarios como sociales, todo lo cual conlleva un aumento del coste sanitario.
Objetivo: consensuar en un documento desde las sociedades científicas y las administraciones públicas sanitarias (Ministerio de Sanidad, Comunidades y Ciudades Autónomas), y basándose en la evidencia científica disponible hasta el momento, las principales recomendaciones sanitarias para prevenir la dependencia en las personas mayores.
Métodos: a) elaboración de un documento preliminar consensuado por un grupo impulsor de expertos constituido por representantes de las diferentes sociedades científicas y la administración. Este documento se basó en la revisión de las recomendaciones y directrices publicadas por las principales organizaciones involucradas en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad y del deterioro funcional y dependencia en las personas mayores; b) someter dicho documento de consenso a la revisión del resto de expertos designados por sociedades científicas y administración central y autonómica; c) determinación del documento final tras una jornada de trabajo conjunta dirigida a la discusión y revisión del texto por todos los expertos participantes en el grupo de trabajo (incluido grupo impulsor); d) presentación del documento y discusión englobado en la I Conferencia Nacional de Prevención y Promoción de la Salud en la Práctica Clínica en España. Todos los expertos han firmado una declaración de conflicto de intereses para su participación.
Resultado: en el documento se especifican las recomendaciones etiquetadas con su grado de evidencia y agrupadas en 3 categorías: a) promoción de la salud y prevención de la enfermedad, con actividades preventivas específicas para personas mayores, incluida la prevención de síndromes geriátricos; b) prevención del deterioro funcional, con recomendaciones asistenciales aplicables en atención primaria y especializada; c) prevención de la iatrogenia (prescripción farmacológica, utilización inadecuada de medios diagnósticos y terapéuticos, y asistencia sanitaria). Estas recomendaciones fueron individualizadas en función de las características de la persona mayor (PM), que se categorizó en 5 grupos: PM sana; PM con enfermedad crónica; PM frágil o de riesgo; PM dependiente, y PM al final de la vida.
Conclusiones: se recomienda a las administraciones públicas sanitarias poner en marcha estas recomendaciones con el objetivo de mejorar en la estrategia de prevención de la dependencia de las personas mayores en el siglo XXI.