El estreñimiento es común incluso en personas sanas, de ahí su importancia. La incidencia en el paciente oncológico es del 70-80% en fase terminal, del 40-50% en enfermedad avanzada y del 90% en enfermos con cáncer agresivo. No sólo supone una incomodidad para el paciente, también complicaciones en su evolución. Un estreñimiento prolongado puede causar dolor abdominal e incluso aumento del dolor provocado por el propio tumor, aumentándose la analgesia cuando lo que presenta es un estreñimiento no resuelto. Puede ocasionar obstrucción intestinal, diarrea por rebosamiento, disfunción urinaria, anorexia, halitosis, náuseas y vómitos, inquietud, malestar y confusión. Al analizar este problema pretendemos unificar criterios y actuaciones enfermeras, y destacar la importancia de la prevención, intentando resolver el problema. La educación sanitaria, tanto del paciente como del cuidador principal, favorecerá su control al alta hospitalaria. Será capaz de identificar su aparición, sus causas y síntomas, conocer el tratamiento, y cuándo y dónde acudir para revisarlo.