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M. Esperanza Dudet
Fundamentos: La malnutrición es una alteración muy frecuente entre los ancianos. La malnutrición en residencias geriátricas debe ser tenida en cuenta como uno de los principales problemas a abordar por los profesionales, y disponer de un perfil nutricional del residente puede ser una ayuda en el momento de establecer el plan de cuidados que requiere este colectivo. El objetivo del estudio es definir el perfil nutricional del anciano institucionalizado remarcando los aspectos diferenciales más relevantes existentes entre el estado nutricional satisfactorio, el riesgo de malnutrición y la malnutrición.
Métodos: Estudio observacional llevado a cabo en la residencia geriátrica "Hospital de la Santa Creu" de Vic (Barcelona - España). La muestra fue de 36 residentes, 26 mujeres y 10 hombres, con un rango de edad entre 67 y 97 años. Se valoró eI IMC, la variación del peso corporal en los tres últimos meses, el área muscular del brazo, la circunferencia de la pantorrilla, los pliegues tricipital, bicipital, subescapular y abdominal, la grasa corporal total y la masa corporal magra. Se cuantificó la ingesta diaria de proteína / Kg. peso corporal, calcio, vitamina B12, vitamina C, folatos, fibra y líquidos. Se determinó la función cognitiva con el Mini Examen Cognoscitivo de Lobo (MEC), el estado emocional con la Geriatric Depression Scale (GDS), la funcionalidad física con el Nursing Home Physical Performance Test (NHPPT), y el estado nutricional con el Mini-Nutritional Assessment (MNA).
Resultados: El IMC, el área muscular del brazo y la grasa corporal total, así como la ingesta de fibra y de folatos, fueron significativamente inferiores (p<0,05) en los ancianos malnutridos, pero entre estado nutricional satisfactorio y riesgo de malnutrición no existieron diferencias significativas. La ingesta de líquidos, gramos proteína/ Kg. peso corporal, vitamina B12, vitamina C y calcio no mostró diferencias significativas entre las tres categorías nutricionales. La puntuación del MEC fue significativamente menor (p<0,05) en los malnutridos y en los que tienen riesgo de malnutrición, aunque entre estas dos categorías no existieron diferencias significativas. La puntuación de la GDS fue significativa mente mayor (p<0,05) en los malnutridos. La movilidad disminuyó progresivamente (p<0,05) desde la situación de estado nutricional satisfactorio hasta la de malnutrición.
Conclusiones: Todos los residentes, con independencia de su estado nutricional, siguieron una dieta desequilibrada y deficitaria. El deterioro cognitivo y la limitación de la movilidad apareció cuando el residente se encontraba en riesgo de malnutrición. La alteración de los parámetros antropométricos se produjo cuando la malnutrición ya fue evidente.
