Jordi Esteve Reyner
Dado el alto riesgo de recidiva observado en la leucemia linfoblástica aguda (LLA) del adulto, el análisis del potencial del trasplante de progenitores hemopoyéticos (TPH) como estrategia de consolidación de la respuesta es un aspecto fundamental, aunque insuficientemente conocido. El papel del trasplante autólogo en la LLA del adulto parece marginal, sin evidencia de superioridad respecto la quimioterapia. El TPH alogénico (aloTPH), por otra parte, ofrece el mayor potencial antileucémico, con una disminución significativa del riesgo de recidiva, aunque limitado por la toxicidad asociada al procedimiento. Diversos estudios han mostrado el mejor pronóstico de los pacientes que reciben un aloTPH en primera remisión completa, aunque este resultado no se ha confirmado en todos los estudios similares. Por lo general, el beneficio del aloTPH se concentra en los pacientes con una LLA de riesgo alto. Por otra parte, el aloTPH se erige como prácticamente la única opción con potencial curativo en fases más avanzadas de la enfermedad, tras una recidiva o en casos de refractariedad primaria. Distintas variables pueden influir en el resultado del aloTPH, como el régimen de acondicionamiento. Algunos estudios indican resultados más favorables cuando se incluye radioterapia en el esquema de acondicionamiento. Por otra parte, los resultados a partir de donante no emparentados con identidad del antígeno de histocompatibilidad (HTA) completa son equiparables a los logrados con donantes familiares. Finalmente, la experiencia actualmente existente con el TPH con régimen de condicionamiento de intensidad reducida es todavía preliminar por lo que, a la esperada disminución de la morbimortalidad asociada a éste, hay que analizar su potencial antileucémico a largo plazo.