En las últimas décadas se ha producido una transformación de la familia, hecho que ha supuesto un desplazamiento en muchos casos de la figura del/la cuidador/a que ha pasado de ser un familiar a un profesional sanitario. La bioética aplicada a las ciencias de la salud se articula basándose en cuatro principios fundamentales: la no maleficencia, la justicia, la beneficencia y la autonomía. Al aplicar estos principios a la asistencia de los pacientes geriátricos nos encontramos que, en numerosas ocasiones, los cuidados proporcionados no solo no se ajustan, sino que incluso transgreden los citados principios éticos. Este artículo pretende analizar la relación de éstos con las diferentes formas de maltrato por parte de profesionales sanitarios.