I. Riquelme Agulló, María Fernanda Hernández Gutiérrez
Objetivos: la succión es un paso importante en los hábitos de alimentación. El recién nacido ha desarrollado esta capacidad durante su vida en el útero, y a las 34 semanas de gestación la succión está perfectamente coordinada con la respiración y la deglución, y puede ser usada para la nutrición. Los niños nacidos antes de las 34 semanas de gestación todavía no tienen desarrollada esta capacidad, que es estimulada de diversas formas: chupetes, estimulación sensorial, estimulación oral… El objetivo de este estudio es comprobar si la estimulación de los reflejos orofaciales innatos, disminuye el tiempo que necesita el niño prematuro para adquirir una succión nutritiva. Pacientes y métodos: estudio con 20 pacientes nacidos antes de las 32 semanas de gestación, alimentados mediante sonda debido a una succión nutritiva ineficaz. En el grupo control la succión no nutritiva ha sido estimulada con un chupete. En el grupo experimental los reflejos orofaciales innatos han sido estimulados por un fisioterapeuta dos veces al día durante 15 minutos, con ejercicios de relajación global y facial, y estimulación perioral e intraoral (movimientos de mejillas, mandíbula y lengua). La estimulación comienza cuando el niño tiene una edad gestacional de 32 semanas y dura hasta la retirada de la sonda. Los niños con inestabilidad hemodinámica o cardiorrespiratoria, con patología sistémica grave o con ventilación mecánica fueron excluidos. Las variables tomadas en cuenta fueron la edad al nacimiento, el peso, la cantidad y duración de las tomas mediante sonda, el tiempo de alimentación por sonda y el tiempo de hospitalización. Resultados: se comprobaron correlaciones significativas inversas entre la edad gestacional y los días en que el niño necesita ser alimentado mediante sonda (p = 0,036), así como entre el peso en el nacimiento y el tiempo de sonda (p = 0,012). Asimismo, aparece correlación significativa entre el tiempo en días que el niño lleva la sonda y el tiempo de estancia hospitalaria (p =0,06). Otra correlación interesante es la que aparece entre el tiempo que el niño llevó ventilación asistida y el tiempo de alimentación por sonda que necesitó (p = 0,07). Conclusión: muchos autores han mostrado la eficacia de la estimulación de la succión no nutritiva con programas de estimulación oral, pero se ha encontrado poca bibliografía de los efectos de esta estimulación en niños nacidos pretérmino con patología neurológica o respiratoria. En futuras investigaciones será necesario valorar los resultados en una muestra mayor. También serán necesarios algunos grupos control con patología neurológica. Se debería considerar la influencia de otras patologías o situaciones que permitan la succión nutritiva. En investigaciones futuras podríamos introducir medidas biomecánicas en la evaluación.