El envejecimiento es un proceso complejo, continuo, irreversible y dinámico al que la población portuguesa no es ajena. Con la longevidad, los ancianos son cada vez menos autónomos, más dependientes de cuidados de terceros, y estos cuidados aparecen, cada vez más, proporcionados por otro anciano. Actualmente los enfermeros deben dar una atención especial a este fenómeno para suministrar un apoyo mejor a los cuidadores ancianos que cuidan a otros ancianos, también ellos personas con problemas geriátricos.
Deberán proporcionar una mayor dedicación a la adquisición y mantenimiento de este papel para promover la autonomía y minimizar la dependencia del anciano cuidado.