Isidro Juan Mirón Pérez, Juan Carlos Montero Rubio, Juan José Criado Álvarez, Sheila Mayoral Arenas, Julio Díaz Jiménez, Cristina Linares Gil
Fundamento: La relación no lineal temperatura- mortalidad varía según las características de la zona geográfica estudiada. En determinados lugares un incremento en el nivel de desarrollo ha conducido a una menor influencia de las variables ambientales sobre la mortalidad. Se analiza la evolución entre 1975 y 2003 de la asociación de las temperaturas máximas con la mortalidad por causas orgánicas en Castilla-La Mancha. Métodos: Los datos diarios de temperaturas máximas y de mortalidad por causas orgánicas se dividen en tres periodos: 1975-1984, 1985-1994 y 1995-2003. Tras un preblanqueo de los datos aplicando el modelo ARIMA ajustado para las series de temperaturas, se calculan las funciones de correlación cruzada entre los residuos de las series de temperaturas y de mortalidad con 7 desfases en verano y 15 en invierno, comparándose los coeficientes de correlación. Resultados: Se observa en los meses calurosos un incremento del número de retardos significativos (p<0,05) de la primera a la segunda década de estudio en el conjunto regional, con algunas diferencias provinciales. En la tercera década el número de lags significativos varía ligeramente, incrementándose los coeficientes de correlación cruzada de forma significativa (p<0,05) para el desfase 3 en Toledo y en el total regional. Conclusiones: La asociación de las temperaturas máximas con la mortalidad por causas orgánicas se ha ampliado e intensificado desde la década 1975-1984. El envejecimiento de la población podría haber contrarrestado el posible efecto beneficioso del crecimiento económico sobre esta relación. En los meses fríos no se encuentra evolución temporal apreciable.