Carmen Lázaro Castañar, Concepción Marín-Barnuevo Fabo, Victoria García Sánchez, D. Martínez Puerta, D. Pardo Ibáñez, Antonio Gutiérrez Díez
Introducción: Hay varios estudios que muestran que, con una sencilla intervención educativa durante el ingreso hospitalario, se logra una mejoría en cuanto a la modificación de los distintos factores de riesgo y hábitos de vida, pero casi ninguno de ellos compara dichos resultados con un grupo control, no pudiéndose descartar por completo, que una parte de las mejoras observadas se produjeran igualmente sin ninguna intervención. Objetivo: Valorar, a largo plazo, la eficacia de un programa de educación para la salud realizado durante el ingreso hospitalario en pacientes con síndrome coronario agudo. Material y métodos: Se incluyó a un total de 92 pacientes diagnosticados de síndrome coronario, de los cuales 47 pacientes habían participado en un programa de educación para la salud y se comparó con un grupo de 45 pacientes que no habían participado en el programa. Se recogieron datos sociodemográficos, clínicos y epidemiológicos en el momento del ingreso y mediante una entrevista personal a los 18-24 meses. Resultados: En los datos recogidos al ingreso no se observaron diferencias entre ambos grupos. Los datos obtenidos en la revisión fueron: El grupo que recibió educación para la salud (EpS) estaba mejor controlado en las cifras de colesterolemia, triglicéridos y tensión arterial, que el otro grupo. En cuanto al abandono del tabaquismo en ambos grupos fue muy similar, sólo lo abandonaron un uno por ciento más en el grupo de educación sanitaria; en el grupo de educación sanitaria la dieta correcta la seguían más pacientes que en el otro grupo (89.4% frente al 68.9%) y en el grupo que recibió educación sanitaria hacían mucho más ejercicio que en el otro grupo (85.1% frente al 73.30%). Conclusiones: Los resultados, permiten observar que un sencillo programa de educación, puede ayudar a cambiar los hábitos de vida y reducir los factores de riesgo.
Introduction: There are several studies which show that a simple patient education plan during the hospital admission may obtain an improvement on the modification of the different risk factors and life style habits, but almost no of them compares these results with a control group. It is not possible to discard completely that a part of the observed improvements also would take place without no plan. Aim: To value, in the long term, the effectiveness of a health education plan made during the admission of patients with acute coronary disease. Material and methods: We included a number of 92 patients diagnosed with coronary syndrome, in which 47 patients had participated in a health education program and we compared it with a group of 45 patients who had not participated in the program. We collected social, demographic, clinical and epidemiologic data at the moment of the admission, and by means of a personal interview 18-24 months later. Results: They were not observed differences between both groups on the data collected during de hospital admission. The data collected in the revision were the following: The group that received health education was better controlled on cholesterolemia level, triglycerides and blood pressure, than the other group. The tobacco abuse cessation in both groups was very similar. They stopped smoking only a 1% more in the health education group. In the health education group the correct diet was followed by more patients than in the other group (89,4% versus 68,9%) and the patients of the group that received health education made much more exercise than the other group (85,1% versus 73,30%). Conclusions: The results allow to observe that a health plan implementation can help to change the life style and to reduce the risk factors.