Como en cualquier proceso crónico y degenerativo abocado a la muerte, la enfermedad de Alzheimer y las demencias provocan en sus cuidadores familiares y profesionales diversos sentimientos, procesos y duelos tanto ante la muerte real como la muerte psíquica.
Utilizando una metodología cualitativa analizamos diversos casos de cuidadores de enfermos de Alzheimer institucionalizados en un centro sociosanitario de donde concluimos que no sólo la muerte real puede provocar un duelo en los cuidadores sino también la pérdida inexorable de capacidades, y en último término su muerte psíquica.
Esta muerte afecta también a cuidadores profesionales posiblemente porque les muestra su propia vulnerabilidad como seres humanos, recordándoles su propia muerte y lo que podría percibirse como más cruel: la posibilidad de una muerte en vida.