Una perspectiva según los sexos es indispensable para un pleno entendimiento de la vida y la salud. Existe una serie de problemas que afectan específicamente a las mujeres. Las enfermedades cardíacas y el accidente cerebrovascular son las causas principales de muerte y dependencia en las mujeres que envejecen. Constituyen el 60% del total de las muertes de mujeres adultas. Los resultados de estudios previos y actuales sugieren que tanto el cáncer como las enfermedades cardiovasculares se podrían prevenir en parte mediante una simple modificación dietética. Con la menopausia, los cambios hormonales y conductuales tienen unas consecuencias importantes en la salud, tanto si son el resultado de síntomas agudos a corto plazo, como si lo son de efectos crónicos como el riesgo elevado de enfermedades cardiovasculares, cáncer y osteoporosis. Las terapias de sustitución hormonal en la menopausia se pueden dirigir al tratamiento de los síntomas o la prevención de las secuelas a largo plazo, como las enfermedades cardíacas. Este tratamiento merece ser considerado como componente importante para la asistencia sanitaria preventiva de las mujeres ancianas. La prevención será mucho más eficiente cuando los profesionales de la sanidad y de los organismos sanitarios se sientan realmente involucrados mediante un mejor acceso a la información y a una adecuada formación. Por ello, nos propusimos el estudio de los factores de riesgo cardiovascular en un grupo de mujeres de una población de la provincia de Huesca, Bolea, para analizar la situación de riesgo y hacer una prevención primaria en caso necesario. Para ubicar geográficamente el estudio diremos que Bolea es una pequeña población situada al pie de la sierra de Guara a unos 627 metros de altitud, a 21 Km. de Huesca y con una población de 583 habitantes. Estos se dedican fundamentalmente a la ganadería ovina y la agricultura, aunque está tomando auge el sector turístico.