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S. Santos, S. Vázquez, María José Catalán Piris, Esperanza Valderrama Franco, J. Aragón, A. Ortega, I. Perpiñá, C. Márquez
En los paises desarrollados, las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo las que presentan un mayor índice de morbi-mortalidad, hasta el punto que la prevención de las mismas ha pasado a ser un objetivo prioritario de la atención primaria . Así en 1995, en nuestra Comunidad Autónoma Andaluza, el número de defunciones por ECV fue de 22.317 personas, que representa un índice de morbi-mortalidad (Imm) del 40¿33 % , de las que 28,41 % (6.342 pacientes) se debieron a cardiopatías isquémicas. En 1996, el total de defunciones por ECV se elevó a 22.381 pacientes (Imm 39¿69 %), de los que el 30¿34 % (6.791 casos ) se incluyen en el grupo de pacientes afectos de cardiopatía isquémica. Las medidas que se están llevando a cabo en un primer nivel de asistencia orientadas hacia el control de los factores de riesgo cardiovasculars (FRCV), parece que están haciendo efecto sobre la población, observándose una estabilización en los índices de morbilidad por ECV e incluso una leve tendencia al descenso. Los FRCV reconocidos por la comunidad científica son : edad, sexo, antecedentes familiares, hipertensión arterial, tabaquismo, hiperlipemia, obesidad y diabetes. De todos ellos sigue siendo el tabaquismo el factor que mayor prevalencia presenta dentro de los pacientes diagnosticados de ECV. La importancia del tabaco como FRCV no sólo radica en la influencia de éste sobre la aparición de las ECV, sino que además incide en la gravedad del cuadro clínico, demostrándose la dependencia que existe entre aquél y el número de arterias coronarias dañadas en pacientes diagnosticados de cardiopatía isquémica.
