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Javier Bordas Guijarro, Rafael Periáñez Moreno, Carlos Martínez Manzanares 
Objetivo: determinar la prevalencia del déficit de vitamina D en un grupo de ancianos con fractura de cadera en comparación con controles de similar edad, y analizar si presentan mayor riesgo de fractura. Secundariamente se estudia su potencial relación con la sospecha de osteomalacia «clínica y bioquímicamente probable».
Material y métodos: estudio prospectivo y descriptivo de 68 ancianos no institucionalizados con independencia funcional previa, que ingresan por fractura de cadera. Se les realizan historia clínica, toma de muestra sanguínea de calcio, fósforo, 25-OH vitamina D, fosfatasa alcalina, parathormona y magnesio, y se comparan con un grupo control de ancianos sin fractura de cadera. A los pacientes que, clínica y bioquímicamente, presentaban datos compatibles con probable osteomalacia se les realizaba una prueba terapéutica con vitamina D durante 6 meses, con posterior control analítico similar al descrito. Estudio comparativo con un nivel de significación de p < 0,05.
Resultados: el 60% de los ancianos con fractura de cadera presentaba déficit de vitamina D al ingreso frente a un 9,5% en el grupo control (p = 0,004). Cinco pacientes presentaron probable osteomalacia; tras las pruebas terapéuticas 4 pacientes mejoraron su clínica y 3 normalizaron las concentraciones de fosfatasa alcalina.
Conclusiones: el déficit de vitamina D es muy prevalente en la población anciana; en este estudio se asoció a fractura de cadera. La osteomalacia es una enfermedad curable que, pese a su baja prevalencia, debe sospecharse en estos casos.
