La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune caracterizada por la inflamación de las articulaciones sinoviales produciendo destrucción articular. En el suero de estos pacientes pueden aparecer muchos autoanticuerpos, sobre todo el factor reumatoide, que está incluido dentro de los criterios de clasificación de la enfermedad del American College of Rheumatology (ACR), a pesar de que tiene sólo un especificidad moderada para la enfermedad. Los anticuerpos antipéptidos citrulinados han proporcionado al clínico una prueba de gran ayuda para el diagnóstico precoz. Se ha demostrado que pueden preceder en años al comienzo de la enfermedad y son útiles para el diagnóstico y el pronóstico, debido a su buena sensibilidad y especificidad y su relación con el daño estructural. La respuesta inmunológica frente a antígenos citrulinados define un subtipo de artritis reumatoide inmunogenéticamente característico, en el que se ha podido establecer una relación entre factores ambientales y genéticos, y en el que la reacción inmunológica es una parte fundamental de la patogenia de la enfermedad. Se propone una teoría que relaciona su producción con el desarrollo de la inflamación sinovial crónica