Albert J. Jovell Fernández
Además de la enfermedad orgánica existen una enfermedad emocional y otra social latentes en la persona enferma y en su entorno. La emocional viene determinada por el estrés psicológico causado en las personas que la padecen y en sus familiares. A ello se añade, en muchos casos, la enfermedad social. Esta última está promovida por la estigmatización y, a veces, autoestigmatización de los propios pacientes, que tienden a aislarse de su entorno más cercano y a recluirse en su domicilio suspendiendo las relaciones sociales.