Jorge R. Lucena Olavarrieta
Las lesiones toraco abdominales son complejas. Su terapéutica ha originado grandes dilemas. Entre julio 1984 julio 2005, se estudiaron prospectivamente 180 pacientes, en el servicio de cirugía general número 1 Hospital Universitario Miguel Pérez Carreño; Universidad Central de Venezuela, con traumatismo toraco abdominal penetrante. En 110 se comprobó contaminación de la cavidad peritoneal y diseminación pleural; y divididos en dos sub grupos de acuerdo con que si se irrigaron o no ambas cavidades corporales. ("A" = 65; "B" = 45). Se determinó la relación entre complicaciones, y contaminación con el contenido séptico, en quienes se irrigó la cavidad pleural con solución salina sin antibióticos comparados con un grupo control. En 61,11% se comprobó la contaminación de la cavidad peritoneal con diseminación a la cavidad torácica. 70 con lesiones hepato-esplénicas sin contaminación. El índice de severidad trauma fue de 37,1. La etiología: arma de fuego (66,66%), blanca (28,8%). El contenido bilio entérico procedía del estomago en 18,4%, intestino grueso 40,3%, delgado 28,1%, el resto de vesícula biliar y ductos biliares y páncreas. Las complicaciones ocurrieron en el 5,45%. La irrigación de la cavidad pleural a través de laceraciones del diafragma en pacientes con trauma toraco abdominal penetrante y contaminación estuvo relacionada con un porcentaje bajo de complicaciones.
The purpose of this study was to estimate the incidence of thoracic sepsis following a systematic thoracic cavity washout through the injured diaphragm in patients with penetrating thoracoabdominal trauma. We analyzed the prospectively collected data on all patients presenting penetrating thoracoabdominal trauma between July 1984 and July 2005. Patients with peritoneal iliary-gastroenteric contamination and diaphragmatic laceration were managed by laparotomy and transdiaphragmatic thoracic lavage. A total of 1890 patients had penetrating thoracoabdominal injuries, of whom 110 had contamination of the peritoneal cavity with spillage into the pleural cavity. The mean Injury Severity Score was 37,1. Gunshot and stab wounds occurred in 71,8 per cent and 28,2 percent respectively. Contamination was from the stomach, large bowel, small bowel, gallbladder and bile ducts, and pancreas. Thoracic complications occurred in 5,45 per cent: emphysema, pneumonia and pleuritis. There were no deaths. The thoracic washout thorough the injured diaphragm in patients with penetrating thoracoabdominal trauma and contamination was associated with a low rate of intrathoracic septic complications