Pilar Pérez Rojo, Mª Angeles Betelu Oronoz, Angela Carrizosa Moreno, Ana Subirats Ciordia, Ana Santamaría Galindo, Isabel Vivas
En un gran número de casos, el contraste en las exploraciones radiológicas, es introducido mediante un sistema mecánico.
Aunque normalmente se toman las precauciones pertinentes, diversas causas pueden hacer que se produzca una extravasación del mismo. La gravedad de la complicación depende de la cantidad y calidad del contraste y el lugar donde se produzca la fuga.
Algunos autores coinciden en que la extravasación de contraste que es evidente "de visu" ocurre en limitadas ocasiones.
La de contraste de baja osmolaridad es mejor tolerada y genera menos complicaciones que la del de alta osmolaridad, asociándose esta última con una mayor incidencia de lesiones cutáneas.
Cuando la extravasación no excede de 20 ó 30 ml, la mayoría de los autores se inclinan por un tratamiento conservador, elevando el miembro afectado, aplicando localmente frío o calor y el seguimiento del cuadro.
Los signos de alarma incluyen la formación de ampollas en la piel, alteración de la vascularización, parestesias y aumento del dolor por debajo de las 2-4 horas seguidas a la extravasación.
La presencia de una enfermera con experiencia hace que las extravasaciones puedan evitarse o al menos minimizarse.
La consulta a un departamento quirúrgico debe realizarse en caso de duda o cuando tengamos la certeza de que una cantidad importante de líquido ha salido de la vía: 30ml para contraste iónico y 100ml para no iónico.