La próxima aprobación de la Ley de Autonomía Personal y Dependencia dará cobertura a una gran cantidad de necesidades tanto de las personas dependientes como de sus familiares. Pero al mismo tiempo permitirá dibujar un escenario en el que una gran cantidad de profesionales deberán articular sus actividades con el fin de dar respuesta a las demandas de estas personas.
En este escenario las enfermeras, cuya esencia son los cuidados, deben configurarse como la pieza clave en el diagnóstico de la situación, la planificación, dirección, evaluación de los cuidados y la coordinación de los recursos comunitarios, que permitan dar respuesta a las demandas comunitarias y a los planteamientos de la Ley.
No se trata de reivindicar un espacio, pues para esto debería existir vacío. Se trata de visibilizar lo que desde siempre han venido haciendo las enfermeras, la prestación de cuidados -en este caso a personas dependientes y sus familias- en el marco de una Ley de tanta trascendencia social y que supone retos y oportunidades para las enfermeras en el ámbito fundamentalmente de la Atención Primaria de Salud en el que ya se están implantando estrategias en este sentido.