Los servicios sanitarios públicos se enfrentan a recientes desafíos relacionados con mayores exi-gencias sociales y con el reconocimiento de nuevos derechos de los ciudadanos. La necesidad de pro-veer con calidad los servicios sanitarios y la circunstancia de poder elegir el tipo de prestación sanitaria, conllevan que uno de los factores que más valora el ciudadano actual sea su tiempo. Podemos tener constancia de la capacidad y flexibilidad de la organización, al comprobar cómo es posible establecer objetivos congruentes entre profesionales, sistema y ciudadanos, cuando se examina la "gestión-personalización" que los profesionales sanitarios realizan al preocuparse por sus parientes y amigos. Cuando de ellos se trata, se saltan todas las burocracias que se articulan para los demás pacientes y les definen un proceso de alta resolución a base de favores entre compañeros. La herramienta alta resolución concentra en una única visita al especialista el diagnóstico y trata-miento. Para ello es determinante la información correcta proporcionada por el médico de Atención Primaria cuando realiza la derivación. La organización se analiza "por dentro", y se desprende de aquellas actividades que no aportan valor añadido al proceso asistencial, y que sin embargo suponen gasto y pérdida de tiempo. Con la referencia de este esquema, se puso en marcha un centro de alta resolución en lo que era un centro de especialidades convencional. La aplicación del concepto de alta resolución proporciona una herramienta útil para orientar la or-ganización y tratar a todos los pacientes como si fueran nuestros propios "parientes" o amigos. Esta estrategia de gestión elimina los procesos sin valor añadido y personaliza la atención, situando efectivamente al ciudadano como eje del sistema.