Las actuales técnicas quirúrgicas menos invasivas, la utilización de nuevos fármacos analgésicos y anestésicos y la movilización precoz ¿multimodal surgical strategies¿ reducen la presencia de íleo paralítico postquirúrgico y emesis siendo posible la nutrición precoz por vía digestiva.
Con estas premisas se diseño un protocolo de nutrición para su implementación en patología colo-rectal tributaria de cirugía asistida por laparoscopia.
Objetivo: Evaluar la eficacia de dicho protocolo que consta de 3 fases. Fase I: preparación domiciliaria con una duración de 7 días: dieta con bajo contenido en residuos y fibra insoluble, suplementada con 400 ml de fórmula polimérica hiperproteica sin lactosa ni fibra, limpieza intestinal dos días antes de la intervención e hidratación con agua, infusiones azucaradas y caldo vegetal.
Fase II: postoperatorio inmediato con dieta líquida durante 3 días con fórmula polimérica sin fibra. Fase III: dieta semi-sólida sin residuos, formula nutricional y reintroducción progresiva de la alimentación en 4 etapas de duración variable según cirugía y tolerancia digestiva Ambito y pacientes: Estudio prospectivo realizado en nuestro hospital con pacientes de nuestra área de influencia en el periodo de febrero/03 a mayo/04 que incluye 25 pacientes 19 varones y 6 mujeres con media de edad de 63.6 (r=33-79) e índice de masa corporal media de 26.25 kg / m2 (r=20.84-31.3 kg/m2) todos ellos afectos de patología colo-rectal tributarios de cirugía asistida por laparoscopia a los que se aplico el protocolo diseñado al efecto. Se practicaron 14 hemicolectomias izquierdas, 5 hemicolectomias derechas, 4 resecciones anteriores bajas con colostomia de protección y 2 colectomias subtotales e ileostomia lateral. Los diagnósticos definitivos fueron: 3 enfermedades diverticulares; 3 adenomas;7 neoplásias rectosigmoideas y 12 neoplásias de colon de otras localizaciones. El estudio anatomo-patológico confirmó:
pT3 N0 (n=7); pT3 N1 (n= 3); pT3 N2 (n =1) y pT3 N1 M1 (n = 1), pT1 N0 (n=4), pT1 N1 (n=2), pTis (n=1), indicándose tratamiento coadyuvante en 12 pacientes, de los cuales tres habían recibido un primer tratamiento con QMT y RDT.
Resultados: La limpieza intestinal fue poco efectiva en 3 pacientes diagnosticados de neoplasia suboclusiva. La alimentación se inició a las 24 h en 13 pacientes, 7 la iniciaron a las 48h; 4 a las 72 h y 1 en paciente se inició el 5 día por persistencia de íleo paralítico. El alta hospitalaria entre el 3º y el 5º día se produjo en el 60% de los pacientes, entre el 6º y el 10º día fueron alta el 28 % y en el 12% se demoró más de 20 días por complicaciones. Las pautas progresivas fueron bien toleradas en la totalidad de la muestra, no presentándose ningún síndrome diarréico y oscilando el número de deposiciones entre 2-4 de consistencia blanda-normal. En la evolución ponderal destaca en 8 pacientes pérdida de peso superior al 5 % relacionada con la enfermedad. Al terminar la progresión de la dieta 5 pacientes presentaban pérdida de peso superior al 10 % (4 por tratamiento coadyuvante, 1 por síndrome depresivo al ser portadora de estoma). Estos pacientes fueron controlados a los 3 meses habiendo recuperado el peso habitual.
Conclusiones: La nutrición precoz en cirugía colo-rectal es posible. El seguimiento de unas pauta de alimentación progresiva permite una mejor tolerancia digestiva así como una buena recuperación física y funcional del paciente.
(Nutr Hosp. 2006;21:173-8)