Numerosas hipótesis actuales proponen una relación directa entre el envejecimiento, los programas genéticos, la pérdida de telómeros que ocurre en cada división celular y la muerte celular apoptótica, y aunque todos estos procesos y mecanismos están probablemente implicados en las enfermedades asociadas con el envejecimiento, su papel en el envejecimiento normal de los organismos aún no se ha aclarado.
Los estudios del proceso de envejecimiento «fisiológico» o «normal», en modelos de metazoo tan diversos como Drosophila y el ratón, apoyan el concepto de que una explicación lógica de este proceso (desde los puntos de vista de la biología celular, la genética, la bioenergética y la evolución) se podría obtener integrando varias teorías clásicas con conceptos más recientes. Así, el envejecimiento estaría ligado a la aparición en la biosfera de las células somáticas diferenciadas terminalmente, entre las que se encuentran la mayoría de las neuronas. Estas células fijas posmitóticas, por su alto consumo de oxígeno, consiguiente estrés oxidativo y falta de regeneración integral a través de la mitosis, experimentan un descenso en el número de mitocondrias funcionales. La pérdida de capacidad bioenergética resultante y el descenso del rendimiento fisiológico están implicados en el envejecimiento y muerte de los miembros de cada especie, cuyos genes, alojados en una sucesión de «somas desechables», sobreviven ilimitadamente en el hábitat normal de la especie gracias a la reproducción sexual.