J.I. Castillo Martín, T. Miranda Vivas, M. Rozalén Pinedo, J.M. Jiménez Esteso
La cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte cardiovascular en España y el síndrome coronario agudo (SCA) continúa con una elevada mortalidad en los hombres a partir de los 45 años y en las mujeres a partir de los 65. Existen evidencias del efecto beneficioso del ejercicio sobre la lesión endotelial, la coagulación y el sistema nervioso autónomo, pero además influye sobre el control de factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión arterial (HTA), la dislipemia y la diabetes mellitus, también disminuye los síntomas de ansiedad y depresión. Los programas de ejercicio físico, en cardiópatas, requieren una prescripción individualizada de entrenamiento, se emplea ejercicio dinámico aeróbico de baja y moderada intensidad creciente y en ocasiones se utilizan los ejercicios resistidos según las características del paciente. Los programas de rehabilitación cardíaca parece ser que consiguen una disminución de la mortalidad en torno a un 20-30 % y de la morbilidad de un 43 %. A largo plazo, 10 años, se observa un descenso significativo en las cifras de mortalidad por cualquier causa, presentación de angina inestable, insuficiencia cardíaca y necesidad de cirugía de revascularización.