El envejecimiento de la población provoca la necesidad de una organización de ayuda social por haberse transformado valores considerados tradicionales. El mayor nivel cultural engendra en los ciudadanos mejores expectativas, en términos de calidad de vida, y la presencia de elementos de índole biológica: los mayores y los enfermos crónicos.
La población mundial ha crecido 86 millones de personas en el último año. Si en este siglo definiéramos nuestra sociedad, tendríamos que establecer que es la sociedad de los mayores. Hace un siglo no había mayores. Sin embargo, el nuevo paradigma debe de considerar a las personas mayores como participantes activos de la sociedad y beneficiarios del desarrollo. Para las personas mayores dependientes, el propio desarrollo económico y los cambios sociales han producido alteraciones en el sistema clásico de cuidados apoyados en la familia, constituyendo el universo sociosanitario.
Con relación a las personas mayores, cualquiera que sea el modelo sociosanitario que para el Estado español se decida abarcar, la prestación se hará de forma integral y coordinada de los servicios sanitarios y sociales, bien de carácter temporal o permanente y sus principales usuarios serán las personas con un alto grado de dependencia.
El envejecimiento de la población o de la sociedad se ha convertido en un reto de políticos, profesionales sanitarios y de las ciencias sociales y en su conjunto es un reto social.