La acción de dar sin compromiso, el altruismo y la solidaridad están en el centro de la donación de sangre y órganos con fines terapéuticos. Según se hace ver las personas hacen una entrega desinteresada y transcendental: 'la sangre salva vidas'. El altruismo y la solidaridad son aquí ineludibles, pero la donación está sometida a los principios de la reciprocidad. La captación y fidelización de donantes se enfrenta a veces a crisis o dificultades que se pueden explicar en parte por cómo los donantes interpretan la reciprocidad. Recurriendo a entrevistas y al análisis de contenido de campañas de captación de donantes de sangre y órganos identificamos dos tipos de reciprocidad (según sea el tipo de destino y concepción de la comunidad): focalizada o difusa. La focalizada es característica de sistemas sociales basados en relaciones personales estrechas (reales o virtuales). La difusa responde a una concepción individualista y anónima de la vida social. En la donación esto va a ser fundamental porque la reciprocidad focalizada es difícilmente compatible con la donación terapéutica, que es voluntaria, altruista y anónima. Lo que dificulta la donación es el intercambio restrictivo de la reciprocidad focalizada, no que este grupo comparta sangre o herencia biológica común que deseen preservar.