Juan Antonio Divisón Garrote, C. Sanchis Doménech, Lucinio Carrión Valero, Javier Massó Orozco, Julio A. Carbayo Herencia , Enrique López de Coca, Luis Miguel Artigao Ródenas, Beatriz Rodríguez Paños
Objetivo. Observar diferencias entre las mediciones clínicas y las automediciones de presión arterial (AMPA) domiciliarias.
Diseño. Estudio descriptivo realizado en la población general censal.
Emplazamiento. Atención primaria.
Participantes. Mediante muestreo aleatorio estratificado se seleccionó una muestra de 1.411 sujetos = 18 años.
Métodos. Una enfermera adiestrada realizó 3 mediciones de PA en la consulta (PAC) y entrenó a los pacientes o sus familiares para la realización de AMPA; hicieron 12 en un día. Las mediciones de la PAC y la AMPA domiciliaria se realizaron con un aparato electrónico (OMRON 705CP).
Resultados. Completaron 12 AMPA un total de 1.184 sujetos (52% mujeres) con una edad media de 47,6 ± 17,2 años. De ellos, 195 eran hipertensos conocidos.
Se diagnosticó efecto de bata blanca en un 14,9% de los normotensos, un 22,3% de los hipertensos tratados y un 57,6% de los sujetos con sospecha de hipertensión clínica aislada. Se diagnosticó posible hipertensión clínica aislada en el 10% de los sujetos no hipertensos y posible normotensión de bata blanca en el 2,3% de los no tratados y en el 4,7% de los hipertensos tratados. Un 20,7% de los hipertensos tratados mal controlados en la consulta fue considerado como seudorrefractario (el 11,4% al final del intervalo de dosificación).
Un 77% de los sujetos se hizo las automediciones a sí mismo, y un 89% de ellos consideró fácil su realización.
Conclusión. La incorporación de la automedición domiciliaria en la práctica clínica diaria podría evitar un 20-30% de posibles errores en el diagnóstico y seguimiento de los pacientes hipertensos.