Manuel Rosety-Rodríguez , Francisco Javier Ordóñez Muñoz
Fundamento y objetivo: Las personas con síndrome de Down presentan un mayor daño oxidativo que la población general. De ahí el interés por determinar si la actividad física regular podría mejorar la actividad de enzimas antioxidantes eritrocitarias como la catalasa. Sujetos y método: Un grupo de 31 adolescentes varones media (desviación estándar) de edad de 16,1 (1,1) años con trisomía 21 participaron en un programa de entrenamiento de 12 semanas, a razón de 3 sesiones/semana de 45-60 min de duración y con una intensidad del 60-75% de la frecuencia cardíaca máxima teórica, calculada según la siguiente ecuación: 194,5 (0,56 ¿ edad [en años]). Formaron el grupo control 7 adolescentes con trisomía 21 ajustados por sexo, edad e índice de masa corporal. Se extrajeron muestras de sangre venosa 72 h antes del inicio del programa y una vez completado para la posterior determinación de la actividad de la catalasa en el hemolisado mediante el método de Beutler (expresado en U/gHb). Resultados: El programa de entrenamiento incrementó, aunque no de forma significativa, la actividad catalasa de los participantes: media de 1.607,0 (231) frente a 1.663,2 (280) U/gHb (p = 0,151). No se observó ningún cambio entre los controles. Conclusiones: El programa de entrenamiento de 12 semanas no incrementó significativamente la actividad catalasa eritrocitaria. Se necesitan futuros estudios para conocer mejor la influencia del ejercicio regular en el metabolismo redox en este grupo poblacional.