Objetivo. Valorar la función sexual femenina y describir los factores que aparecen con más frecuencia junto con su disfunción.
Diseño. Estudio descriptivo, transversal.
Emplazamiento. Atención primaria.
Participantes. Participaron 223 mujeres de 18 a 76 años atendidas en un centro de salud urbano desde noviembre del 2004 hasta febrero de 2005 que desearon participar de forma voluntaria en el estudio.
Mediciones principales. Se recogieron mediante cuestionario anónimo estructurado en 5 apartados con 53 ítems. Comprendía variables socioeconómicas, culturales, de estilo de vida, función sexual femenina (IFSF) y autopercepción del estado de salud (SF-12). Se efectuó un análisis de regresión logística binaria.
Resultados. La sexualidad femenina logra su máxima expresión entre los 30 y los 35 años (IFSF: 30,0 intervalo de confianza [IC] del 95%, 28,3-31,6). Los factores de riesgo para la disfunción sexual son: edad > 44 años y religión (odds ratio [OR] = 6,5; intervalo de confianza [IC] del 95%, 2,8-15), componente físico del SF-12 < 37 (OR = 3; IC del 95%, 1,3-7,2), componente mental del SF-12 < 31 (OR = 3,1; IC del 95%, 1,2-7,8).
No tener pareja estable fue factor de riesgo para la excitación (OR = 9,6; IC del 95%, 2,8-24,0), la lubricación (OR = 9,3; IC del 95%, 4,0-21,5), el orgasmo (OR = 8,8; IC del 95%, 3,1-24,8) y la dispareunia (OR = 8,9; IC del 95%, 3,9-20,5). No fue factor de riesgo para el deseo ni para la satisfacción con la vida sexual.
Conclusiones. El perfil de disfunción sexual consistió en mujer mayor de 44 años sin pareja estable, con práctica de alguna religión, desempleada y con baja autopercepción de calidad de vida.