Luis de la Fuente, Gregorio Barrio Anta , M. Neira León, Antònia Domingo Salvany, María Teresa Brugal Puig, María J. Bravo Portela
Las dramáticas consecuencias del consumo de heroína (principalmente inyectada) han marcado el fenómeno de las drogas ilegales en España en los últimos treinta años. Más de 300.000 personas han sido tratadas por dependencia de heroína, 20.000-25.000 han muerto por «sobredosis», 100.000 han adquirido el VIH mediante inyección de drogas y bastantes más se han infectado con los virus de la hepatitis.
Algunas de estas consecuencias pueden atribuirse al retraso en la puesta en marcha de intervenciones efectivas, como los tratamientos de mantenimiento con metadona (TMM). Actualmente han descendido mucho estos problemas por el descenso del número de personas que se inyectan y el efecto de las intervenciones, principalmente los TMM. Sin embargo, la mortalidad por sobredosis sigue siendo muy alta (más de 700 muertes anuales), y entre los consumidores por vía intravenosa persiste una elevada prevalencia de VIH y hepatitis C, y están emergiendo las consecuencias de las hepatopatías crónicas. Paralelamente, ha aumentado espectacularmente el uso de la cocaína y con él los problemas que causa: hay más de 100.000 consumidores semanales, 25.000 personas tratadas anualmente por abuso o dependencia, y un impacto importante sobre los servicios médicos de urgencia. Su efecto sobre la mortalidad es desconocido.
Están aumentando también el consumo y los problemas por cannabis (existe medio millón de consumidores diarios). Se propone mantener y reforzar los programas de reducción del daño (TMM, intercambio de jeringas, salas de consumo, vacunación de hepatitis A y B, etc.), desarrollar con urgencia estrategias específicas para reducir las muertes por sobredosis y los problemas por cocaína, y reevaluar la efectividad de las estrategias preventivas y de control de la oferta.