Objetivo. Conocer, desde una triple perspectiva, clínica, económica y centrada en el paciente, la efectividad de una vía clínica. Método. Para ello, se diseñó un estudio experimental, en el que participaron 122 pacientes intervenidos de hiperplasia benigna de próstata o carcinoma vesical mediante resección transuretral (RTU), divididos en 2 grupos, experimental y control. La aleatorización se realizó sobre los listados de espera y, al ser hospitalizados, se controló que el ingreso no se produjera en la misma habitación que otro paciente incluido en distinto grupo, para mantener el simple ciego. Resultados. La comparación de ambos grupos detectó diferencias respecto a los días de estancia (desviación estándar [DE]): 3,59 (1,54) frente a 2,92 (1,18), p = 0,008. Los pacientes del grupo control, en promedio, estaban 0,67 días de más hospitalizados (intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,18-1,17) que los del grupo al que se le aplicó la vía clínica. No se detectaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto a presentación de complicaciones (el 3,6 frente al 1,8%; p = 0,55), ni en la satisfacción (el 90,9 frente al 94,5%; p = 0,46). Conclusiones. Las vías clínicas producen una reducción de la estancia, si bien el mecanismo por el que lo hacen efectivo no está claro.