Las parejas con hijos con enfermedades crónicas sufren cambios en sus redes personales debido a la necesidad de afrontar la nueva situación y a las nuevas exigencias de apoyo social. Estos cambios dependen del tipo de enfermedad y de su grado de gravedad. Las asociaciones formales e informales de parejas con los mismos problemas proveen de nuevos recursos sociales que les permiten sobrellevar la incertidumbre y la preocupación.