Existe una necesidad casi obsesiva en encontrar algún sentido al sufrimiento y a las pérdidas, pues hallar alguna respuesta ayuda de forma significativa a vivir con la enfermedad y tratar de superarla. La experiencia de sufrir una enfermedad nos enfrenta a los rasgos más prístinos de nuestra humanidad. En el presente artículo, trataré de analizar someramente algunos de esos rasgos, pues no creo posible la acción terapéutica, de cuidados o rehabilitación, sin tenerlos en cuenta. Esto confronta imperativamente a los profesionales y allegados a acompañar al enfermo en esta búsqueda de significados. Esta actividad concreta se denomina ¿acompañamiento¿.