Montserrat Teixidor i Freixa
En la Europa que se vislumbra, las enfermeras tendrán que ser capaces de dar una respuesta eficiente a los retos de un entorno en constante evolución y de afrontar con competencia las demandas de los ciudadanos y los retos de la profesión. Si el objetivo de las instituciones sanitarias es dar un servicio de calidad, hace falta que los parámetros para evaluar esta calidad contemplen tanto la satisfacción de los ciudadanos y de la administración sanitaria como la de los profesionales implicados.
En este sentido, la profesionalización debe ser activada para conseguir una visión compartida del rol profesional enfermero, el dominio de las competencias propias y una práctica avanzada de Enfermería de calidad que garanticen la excelencia en las intervenciones que se ofrezcan a los ciudadanos en cuanto a promoción de la salud, prevención, curación, suplencia, acompañamiento y calidad de vida. La identidad de la enfermera y el reconocimiento de los ciudadanos tan solo será posible si se consigue un alto nivel de profesionalidad en los diferentes ámbitos de intervención enfermera. Así pues, es esencial consolidar el desarrollo de las competencias de Enfermería y profundizar en el rol autónomo