José Luis Díaz Agea
La negación de la muerte y la supresión de todo rastro cultural de la misma fuera de lo meramente teatral o televisivo es un hecho que debiera sorprendernos, pero que no suele despertar mayores sospechas. Se nace y se muere bajo la supervisión de un profesional técnicamente facultado para apadrinar y manejar nuestra aparición y nuestra despedida de la función. Hubo épocas en las que no resultaba tan trágico ni tan traumatizante este hecho natural, se esperaba su llegada en actitud más o menos comprensiva, se sabían los signos inequívocos de su aparición ¿Por qué no soportamos la visión de la muerte y se confía su manejo a las instituciones sanitarias? Tomando como punto de partida la obra de Philippe Ariés se esbozarán algunas ideas sobre las que parece interesante meditar en el contexto de la progresiva medicalización de la vida cotidiana y se reflexionará acerca del papel de la enfermera en el proceso de la "Muerte hospitalaria".
The denial of death and the suppression of any cultural trace of it, outside TV or theatre, is a fact that should but does not surprise us. We are born and we die under an authorized and technical professional control; we are supervised as we arrive and as we leave this world. Once, to die was a normal event and not a tragedy or a traumatic fact as it is nowadays. People waited for the moment of death with a submission and an understanding approach. People knew the unequivocal sings of the moment of death. Why can't we bear the vision of death? Why do we entrust this moment to hospitals and health care institutions? In this essay, with Philippe Ariés' ideas as a starting-point, I will expose some of the notions and opinions about today's most common way to die (which is in a hospital), about medical power, our everyday progressive medicalisation and the nursing role in the process of "dying in hospital".