El artículo plantea el reto que supone la adaptación de modelos asistenciales basados en sistemas de calidad al cada vez mayor número de personas con demencia en cuya evolución se producen un deterioro cognitivo y déficit funcional progresivos, además de una gran variabilidad de manifestaciones psiquiátricas conocidas como síntomas conductuales y psicológicos de la demencia (SCPD) que condicionan de forma determinante la provisión de cuidados al enfermo.