La Medicina Nuclear juega un papel importante en la evaluación de la extensión inicial y respuesta al tratamiento de las metástasis óseas. Para una correcta interpretación de la Gammagrafía ósea (GO) y la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) es importante conocer el diferente comportamiento de estos estudios.
Presentamos el caso de una paciente tratada de una neoplasia de mama, con sospecha de recidiva tumoral por elevación de marcadores tumorales. La GO inicial mostró hallazgos no concluyentes, mientras que el estudio PET evidenció imágenes compatibles con una diseminación metastásica ósea. Tras el tratamiento con quimioterapia se reevaluó a la paciente mediante ambas exploraciones. La GO post-tratamiento mostró una progresión de las lesiones óseas, mientras que el estudio PET evidenció una correcta respuesta terapéutica.
La PET es más precoz y eficaz que la gammagrafía ósea en la evaluación de la respuesta terapéutica de las metástasis óseas.