M. Gutiérrez Santiago, María Teresa García Unzueta, Jesús González Macías, José Antonio Riancho Moral, José Antonio Amado Señarís
Fundamento y objetivo: La limpieza intestinal es imprescindible para que los estudios de imagen del colon sean eficaces. Sin embargo, no está exenta de riesgos. En particular, recientemente se ha llamado la atención sobre la posibilidad de que ocasione alteraciones del metabolismo fosfocálcico. Este estudio se ha diseñado para evaluar sistemáticamente estas alteraciones en pacientes hospitalizados. Pacientes y método: Se ha realizado un estudio observacional prospectivo en un entorno de práctica hospitalaria habitual. Se incluyó en él a los pacientes hospitalizados consecutivos que iban a ser sometidos a un estudio endoscópico o radiológico del colon (n = 47). La preparación previa se llevó a cabo, según el criterio del médico a cargo del paciente, con uno de los 3 preparados siguientes: solución de polietilenglicol (PEG) con baja concentración de sales, fosfato sódico por vía oral (Fosfosoda®) o fosfato sódico en enemas. Resultados: La solución de PEG indujo frecuentemente hipernatremia e hipopotasemia ligeras, sin alterar la homeostasia fosfocálcica. El fosfato sódico oral provocó además un aumento significativo de la fosfatemias y un descenso de la calcemia, con un incremento compensador de la hormona paratiroidea. El 57% de los pacientes presentó valores de fósforo por encima del intervalo de referencia, mientras el 36% presentó calcemias inferiores al límite normal. El fosfato sódico en enemas no provocó cambios en las concentraciones de sodio y potasio, pero también aumentó significativamente la fosfatemia y la hormona paratiroidea. En un 33% de los casos provocó hiperfosfatemia. Aunque los cambios globales de la calcemia no fueron estadísticamente significativos, en un 27% de los pacientes que recibió enemas la concentración de calcio se redujo por debajo del límite inferior de la normalidad. Conclusiones: Las preparaciones de limpieza intestinal, en particular las basadas en el fosfato oral, se asocian frecuentemente a alteraciones electrolíticas. Aunque en general son autolimitadas y sin repercusión clínica, estas complicaciones deben tenerse en cuenta en pacientes de riesgo, como los ancianos y los que presentan insuficiencia renal.