Emma Sobremonte de Mendicuti
Desde hace varios años estamos viendo cómo las organizaciones sanitarias y sociales se han lanzado a la mejora de sus procesos de trabajo para asegurar la calidad de sus servicios y, sin embargo, aún está en ciernes un esquema asistencial y unos procesos de trabajo que den una respuesta integral a las necesidades sociosanitarias que presentan diversos colectivos de población que padecen patologías crónicas, degenerativas y discapacitantes tales como cáncer, sida, enfermedades mentales, cerebrovasculares, toxicomanías, etcétera, donde la problemática sanitaria y social se presenta indisolublemente unida.
El tipo de atención al que me estoy refiriendo, es precisamente el que necesitan estos enfermos que ubicamos dentro del conocido "espacio sociosanitario" lugar fronterizo que se sitúa a caballo entre la asistencia sanitaria y social, donde deben articularse centros, servicios y unidades que presentan atenciones propias de los servicios sociales del sistema sanitario de manera conjunta y continuada, bien sea con medios propios o ajenos. Este artículo es una reflexión sobre ello.