Las grasas son los macronutrientes con mayor valor energético y una fuente de ácidos grasos esenciales, entre los cuales se encuentran los ácidos grasos omega-3. Aunque el término "ácidos grasos omega-3" engloba a todos los ácidos grasos con un doble enlace en el carbono omega-3, son los ácidos grasos omega-3 poliinsaturados de cadena larga, como el eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA), los que realmente tienen un papel relevante en la prevención del cáncer. Estos ácidos grasos omega-3 se encuentran preferentemente en alimentos (pescados) de origen marino.
El aumento del consumo de alimentos que contienen ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) constituye un objetivo nutricional para toda la población. Sin embargo, este objetivo es particularmente importante en la patología del cáncer, puesto que diversos estudios indican una situación de marcada deficiencia de EPA y DHA en los fosfolípidos plasmáticos y en las membranas de leucocitos de personas con cáncer.