Maritza Díez Echavarría
Existe en nuestro medio social una marcada resistencia a aceptar una discapacidad de cualquier orden: físico, sensorial o intelectual. Se considera que las personas en esta situación son nulas, inservibles e inválidas. De esta manera, se cree que discapacidad es sinónimo de debilidad, inseguridad e indefensión total. Se generan sentimientos de lástima, hacia sí mismo cuando la vivencia es propia, y hacia las personas que viven esta condición, cuando la discapacidad no nos ha tocado de alguna manera.
Con este artículo intento demostrar que la discapacidad es una elección de cada quien y que los discapacitados poseemos la capacidad de enseñar a personas en las mismas condiciones, y al mundo en general, que somos más de lo que vemos afuera, que somos seres humanos como todos, incluyendo nuestra diferencia, y que las personas ¿completas¿ o ¿normales¿ también pueden vivir con algún tipo de vacío o funcionamiento diferente, es decir, con dificultades emocionales, espirituales y de relación con los demás.
En mi caso particular, la discapacidad me ha abierto un mundo diferente, ha constituido un elemento de crecimiento y de transformación personal y espiritual.
There is in our social milieu marked resistence to accept any class of disability weather physical, sensorial or intelectual. Persons afflicted by disabilities are considered nonentities, useless or invalid persons.
In such a way disability becomes synonymous with weakness, lack of security and total helplessness and a sense of pity develops towards ourselves and other afflicted people.
In this article my purpose is to demostrate that disability is a personal election and that as disabled and handicapped people we have the capacity to teach persons in the same conditions, and to the whole world, that we are superior to our external appearance since we are ordinary human beings, despite of our difference. ¿Normal¿ or ¿complete¿ persons can as well suffer unfulfillment, dissatisfaction or functional differences leading to various emotional and spiritual difficulties to relate with other people.
In my personal case disability has opened me to a different world that has been an element of personal and spiritual transformation.