Antoni Gual Solé, Gemma Nieva Rifá
Las drogodependencias más prevalentes en nuestra sociedad son el tabaquismo y el alcoholismo. En el caso de la población alcohólica, el consumo de tabaco está presente en un alto porcentaje de casos. Las repercusiones del consumo de ambas sustancias a la vez son devastadoras. Estudios que analizan la causa de muerte han identificado el tabaquismo como principal factor responsable de muerte en alcohólicos abstinentes. Sorprendentemente, poca ha sido la atención que ha merecido la dependencia tabáquica de estos pacientes por parte de los profesionales de los centros de drogodependencias de nuestro país. Este artículo pretende evidenciar la importancia que juegan los profesionales para cambiar esta realidad y mejorar la calidad de vida de esta población. Tradicionalmente, la intervención en tabaquismo se aplaza tras varios años de abstinencia alcohólica, sin embargo los últimos hallazgos apuntan que tres meses después de la última ingesta, es tiempo suficiente para que el tratamiento del hábito tabáquico no aumente el riesgo de recaída alcohólica. Así mismo, hay tratamientos efectivos para facilitar el proceso de dejar de fumar en estos pacientes.