Este trabajo muestra, a través de un caso clínico con datos reales, la integración del modelo de Virginia Henderson en la práctica asistencial. Se expone la valoración de una mujer de 26 años ingresada en una unidad de cuidados intensivos, así como la situación de su familia. Se formulan los problemas detectados y se realiza la planificación de los cuidados de enfermería. En el momento de la valoración, al día siguiente del ingreso, María Climent está sedada y de momento no puede modificar conducta alguna, por lo que no se plantean problemas para la independencia. Tiene una falta total de capacidad física y psíquica para hacer por sí misma las acciones apropiadas para satisfacer las necesidades básicas, por lo que se identifican 4 problemas de autonomía relacionados con la higiene y la protección de la piel: la eliminación, moverse y mantener la postura adecuada, así como el mantenimiento de la temperatura corporal