Juan Antonio Divisón Garrote, Salvador Lou Arnal, José Ramón Banegas Banegas, Manuel Luque Otero, José Luis Llisterri Caro, Roser de Castellar Sansó, Anna Raber Béjar, Gustavo C. Rodríguez Roca, Vicente Gil Guillén , Francisco Javier Alonso Moreno
Objetivos. Conocer la conducta del médico de atención primaria (AP) ante la falta de control de la hipertensión arterial.
Diseño. Estudio descriptivo, multicéntrico.
Emplazamiento. Consultas de AP del conjunto de España.
Participantes. Hipertensos mayores de 18 años que seguían tratamiento farmacológico antihipertensivo desde al menos 3 meses antes, reclutados mediante muestreo no probabilístico de casos consecutivos.
Mediciones principales. Presión arterial medida por los médicos de familia. Se registró el esquema terapéutico utilizado antes y después de la visita, y en los casos en los cuales se adoptó alguna modificación, los motivos de ésta.
Resultados. Se incluyó a 12.754 pacientes hipertensos. La edad media fue de 63,3 ± 10,9 años (un 57,3% mujeres). El 65% habitaba en medio urbano y el 35% en medio semiurbano o rural. El 63,9% (intervalo de confianza del 95%, 63,1-64,8%) presentó mal control de la hipertensión arterial. La mayoría de los pacientes seguía un régimen terapéutico de monoterapia (56%). Los fármacos más prescritos fueron los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (34,8%), seguidos de los antagonistas del calcio (21,3%) y los antagonistas de los receptores de la angiotensina (17,4%). El porcentaje de pacientes con inadecuado control de la presión arterial en quienes se modificó la pauta terapéutica fue del 18,3% (intervalo de confianza del 95%, 17,5-19,1%) (cambio de fármaco en un 47%, asociación en el 34,7% y aumento de dosis en un 18,3%). Los principales motivos por los que se modificó la pauta terapéutica fueron la falta de eficacia del tratamiento (63,7%) y la presencia de acontecimientos adversos (5,5%). El precio del medicamento originó el 1,2% de las modificaciones en la pauta.
Conclusiones. La conducta terapéutica del médico de AP fue conservadora en los hipertensos no controlados. En los médicos que modificaron su conducta ante el mal control, el cambio de fármaco fue la decisión más adoptada.