Cuando un equipo de emergencias realiza el traslado de un recién nacido, este es sometido a unos niveles de vibración y aceleración potencialmente lesivos para él. Estos niveles son todavía más peligrosos cuando se trata de niños inmaduros o comprometidos. Disminuir el impacto de estas fuerzas es el reto que nos planteamos. Son necesarias algunas modificaciones en los sistemas actuales y continuar investigando en el diseño de nuevos dispositivos de transporte más seguros