Miguel Marset
Los programas de prescripción de heroína se sitúan en el marco de un abordaje terapéutico y de reducción de daños. Estos tienen su propia especificidad clínica en relación a otros programas con agonistas: 1) la prescripción diversificada e individualizada de agonistas opioides apoyados en la diacetilmorfina (heroína), 2) El abordaje de la vía intravenosa como vía de administración de tratamientos que permite la integración del trastorno físico a la dinámica psicológica del sujeto y una aproximación al placer inherente a todo consumo de heroína y, 3) la intensidad en el seguimiento que permite el establecimiento de un programa terapéutico global e interdisciplinar, muy estructurado, que responde al abordaje del policonsumo y de los trastornos psiquiátricos y al seguimiento del proceso de ruptura del drogodependiente con la marginalidad y con la ilegalidad. Aunque la heroína se prescribe para el tratamiento de dependientes a opioides en el Reino Unido desde 1926 es, sin embargo, desde la experiencia suiza que estos programas se inspiran y se extienden en Europa. Desde esta perspectiva se aborda el presente trabajo, aportando un modelo terapéutico contrastado a un enfoque que admite las particularidades propias de cada contexto socio-cultural, sanitario y político. La prescripción de heroína es técnicamente posible, puede llevarse a cabo de un modo seguro, es clínicamente eficaz en la gran mayoría de los casos y constituye un recurso más, complementario en una red de atención al drogodependiente.