Marta Rubiera del Fueyo, M. Teresa González Alujas, Manuel Quintana Díaz, E. Santamarina, Arturo Evangelista Masip, José Álvarez Sabin, Verónica Muñoz, Alex Rovira Cañellas, Carlos Alberto Molina Cateriano
Fundamento y objetivo: La presencia de foramen oval permeable (FOP) y aneurisma del septo auricular (ASA) se ha descrito como factor de riesgo en ictus criptogénicos. Los pacientes con ictus de origen desconocido y FOP tienen una menor gravedad comparado con el resto de ictus criptogénicos. El objetivo fue valorar la situación clínica de los ictus con FOP al cabo de 1 año, y qué factores predicen mejor pronóstico. Pacientes y método: De 1.118 ictus isquémicos de pacientes entre 18 y 70 años, 223 fueron clasificados como criptogénicos. El protocolo incluía Doppler transcraneal, ecocardiograma transesofágico (ETE) y resonancia magnética (RM) craneal. La situación clínica en fase aguda se valoró mediante la escala de ictus de la NIH (National Institute of Health) y la funcional al año mediante la escala de Rankin modificada. Resultados: Cumplían todos los criterios de inclusión 117 pacientes; 66 (56,4%) tenían FOP y 51 (43,2%) no. Se observó en los FOP una menor edad, un mayor porcentaje de sexo femenino (el 48,4% en los FOP frente al 25,5% en los no FOP) y menos factores de riesgo, excepto la migraña (el 24,6% en FOP frente al 5,9% en los no FOP; p = 0,01). Los FOP presentaban menor gravedad inicial (mediana NIHSS de 3 en los FOP frente a 5 en los no FOP; p = 0,010) y un menor porcentaje de secuelas al cabo del año (p = 0,024). La peor situación funcional se relacionó con el sexo masculino, la valoración neurológica inicial (NIHSS) y la presencia de ASA. Con la regresión logística sólo la gravedad neurológica inicial y la presencia de ASA se asociaban con las secuelas. Conclusiones: Los pacientes con FOP presentan una menor gravedad clínica y mejor situación funcional en el seguimiento. El déficit neurológico inicial y la presencia de ASA predicen la situación clínica al año.