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El artículo plantea los grandes cambios que se han producido en la familia en los últimos 40 años, y los nuevos tipos de familia que han surgido; que la familia sigue manteniendo la función de dotar de identidad a los individuos.
Señala también las dificultades que tiene la nueva familia de ejercer su función educadora, y de vivir una convivencia sana, porque realmente la familia no tiene un apoyo social firme.
Analiza cómo educa la familia actual señalando las luces y las sombras de esa educación, y cómo influye en la convivencia humana y en el desarrollo de los hijos. Apunta como desafíos en la educación de los hijos y el aprendizaje de la convivencia, las nuevas tecnologías, Internet, la inmigración y el reto de las separaciones de los padres. Nos invita a considerar los viejos y nuevos valores que sostienen la convivencia humana, y el diálogo como eje de la vida familiar.
