Concha Espina escribió a principios de los años cuarenta del pasado siglo un libro titulado Princesas del Martirio, para recordar la hazaña y homenajear a unas particulares "mártires de la Guerra Civil española". Sus protagonistas son tres enfermeras voluntarias de la Cruz Roja de Astorga (León) que, en octubre de 1936, acudieron al Puerto de Somiedo (Asturias) a prestar su asistencia a los heridos y enfermos del bando nacional, y viéndose envueltas en un episodio bolchevique, cayeron prisioneras y fueron fusiladas. En este artículo utilizaremos dicha fuente literaria para tratar de reconstruir la que pudiera considerarse, en nuestra opinión, imagen de la "enfermera ideal", perteneciente al bando nacional, durante dicha contienda. El método empleado se basará en la exposición y análisis del texto original, centrándonos especialmente en los aspectos relacionados con la imagen de nuestra profesión. Interpretaremos los datos teniendo en cuenta la realidad político-militar, social y profesional de aquel momento.
Dado su interés, se ha estimado también oportuno tomar en consideración otros documentos hallados igualmente durante el período de búsqueda de información -poemas escritos, monumentos, nombres de calles relativas a las tres enfermeras-. Gracias a ellos se indagó las conexiones entre ideología y reconocimiento profesional.