José Luis Carreras Delgado , Cristina Romero-Ávila García, Gloria Ruiz Hernández
La tomografía por emisión de positrones (PET) tiene la habilidad de detectar el cáncer a través de mecanismos basados en procesos moleculares y bioquímicos dentro de los tejidos tumorales. El radiotrazador más utilizado en oncología es un análogo de la glucosa marcado con flúor, 18F-fluoro-2-desoxi-D-glucosa (18F-FDG). Al igual que la glucosa, la 18F-FDG pasa al interior de las células mediante proteínas transportadoras y rápidamente se convierte en 18F-glucosa-6-fosfato. Mediante PET-FDG se diagnostica, estadifica y reestadifica la mayoría de los cánceres, con exactitudes diagnósticas entre el 80 y el 90%. Mediante la PET se puede conocer la respuesta al tratamiento tempranamente y con mayor precisión que con los métodos anatómicos de imagen, con información pronóstica superior a la de los métodos convencionales, para la mayoría de los cánceres. El objetivo de este artículo de revisión es mostrar las indicaciones clínicas más prometedoras de la PET-FDG en oncología