El endoscopio flexible es una herramienta de trabajo para el diagnóstico y procedimientos quirúrgicos (por ejemplo polipectomías) en el tracto gastrointestinal. Su uso implica un riesgo potencial de transmisión de microorganismos patógenos entre pacientes, debido a la estructura propia del instrumento, constituido por lúmenes largos y estrechos y múltiples válvulas, que dificultan su limpieza y desinfección.